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INNOVACIONES QUE HAN CAMBIADO EL CICLISMO DE CARRETERA

La primera prueba ciclista de la historia de la que se tiene un registro documental se remonta a 1868. Los 7 ciclistas que tomaron parte en la prueba, celebrada en un circuito de poco más de 1 kilómetro las afueras de París, llevaban bicicletas de madera con ruedas de hierro y piñón fijo. Nada que ver con las ligerísimas máquinas de carbono con cassettes de 11 velocidades y cambio electrónico de la actualidad.

No cabe duda de que las bicicletas de carretera han evolucionado considerablemente desde entonces. A medida que crecía el ciclismo de competición lo hicieron también las exigencias por contar con bicicletas cada vez más ligeras y versátiles. Poco a poco las marcas fueron incorporando tecnologías y desarrollando patentes que hacían más fácil la vida al ciclista. 

Pero de todas las grandes innovaciones que ha experimentado el ciclismo, en lo que fabricación de bicicletas se refiere, ¿cuáles son las que han significado un antes y un después? A continuación exponemos las 10 innovaciones imprescindibles que han hecho historia en la industria del ciclismo en ruta.

Los neumáticos con cámara

Hoy resulta impensable que alguien tome la salida del Tour de Francia con una bicicleta equipada con llantas de madera y cubiertas de hierro. Sin embargo, hasta finales del siglo XIX las ruedas de las bicicletas eran así. Muy pesadas, muy toscas, poco maniobrables y con un alto grado de fractura en caso de golpe (la madera se astilla con facilidad en caso de accidente a gran velocidad).
En 1887 John Dunlop desarrolló el primer neumático moderno. Cambiar la rigidez del hierro y la madera por la comodidad del caucho supuso la primera gran revolución del ciclismo, ya que permitía que los ciclistas pudieran rodar con mayor comodidad y a un ritmo más rápido.
Si quieres hacerte una idea del grado de revolución que supuso el invento de Dunlop, en 1869 se disputó entre las localidades de París y Rouen la primera prueba en ruta de la que se tiene constancia. El ganador, el británico James Moore, tardó 10 horas y 45 minutos en completar los 123 kilómetros del recorrido.
A partir de 1890 los ciclistas no tardaron en incorporar los neumáticos de goma a sus bicicletas, sobre todo a raíz de que Michelin perfeccionara el diseño de Dunlop y lanzara la primera cubierta desechable. Esto ayudó a que nacieran las primeras grandes clásicas, como la Lieja-Bastogne-Lieja o la París-Roubaix.